Los Presupuestos Generales del Estado para 2023 introducen novedades fiscales en Sociedades, IVA e IRPF
Los Presupuestos Generales son un documento clave para el ejercicio fiscal, ya que permiten conocer los planes del Gobierno para gestionar y hacer crecer los fondos públicos. También es un momento de intensa especulación tanto para los expertos como para los ciudadanos, ya que todos los ojos están puestos en el Gobierno para ver cómo asignará su gasto con el fin de estimular el crecimiento económico. En este contexto, es importante analizar lo que significará el nuevo presupuesto para la nación y sus ciudadanos.
En este artículo, nos sumergiremos en los detalles de los presupuestos generales, explorando qué cambios se proponen y cómo podrían afectar tanto a las empresas como a los particulares. También examinaremos algunas de las tendencias clave que se verán en las noticias fiscales de los próximos meses como resultado de este presupuesto.
Recientemente se han aprobado los presupuestos generales para el año 2023, introducen las siguientes novedades fiscales, entre otras:
1. Introducción de un nuevo impuesto sobre bienes inmuebles:
En los nuevos presupuestos generales, el IRPF, se incrementan las reducciones para las personas que obtienen rendimientos del trabajo o de actividades económicas inferiores a 19.747,50 euros. Asimismo, aumenta la tributación de las rentas del ahorro, que a partir de ahora tributarán al 27% por la parte que exceda de 200.000 euros y al 28% por lo que exceda de 300.000 euros. Por último, se aumenta del 5 al 7% el porcentaje de deducción en concepto de provisiones deducibles y los gastos de difícil justificación para los empresarios individuales en régimen de estimación directa simplificada.
Este nuevo impuesto se aplicará a todas las propiedades, independientemente de su tamaño o valor. El Gobierno espera recaudar así ingresos adicionales para servicios públicos y proyectos de infraestructuras.
El nuevo impuesto general sobre bienes inmuebles se aplicará con arreglo a una escala móvil: las propiedades cuyo valor supere una determinada cantidad tributarán a tipos más altos. Las de menor valor pagarán menos. La cuantía del impuesto dependerá del valor de la propiedad y de su ubicación.
Para fomentar la inversión inmobiliaria, el gobierno también puede ofrecer exenciones o descuentos a quienes adquieran propiedades con fines comerciales o para alquilarlas a largo plazo.
Se espera que el nuevo impuesto contribuya a aumentar la actividad económica y estimule el crecimiento del empleo en el sector inmobiliario, al tiempo que proporciona fuentes adicionales de ingresos para servicios públicos y proyectos de infraestructuras. Los propietarios de viviendas residenciales también se beneficiarán de una mayor inversión en sus comunidades locales como resultado de esta nueva política.
2. Aumento del tipo del impuesto sobre la renta para las rentas más altas:
El tipo más alto del impuesto sobre la renta pasará del 45% al 50% para quienes ganen más de 75.000 euros al año.
Aumento del tipo del IVA: El tipo normal del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) aumentará del 19% al 21%, con un tipo reducido del 10% para determinados bienes y servicios.
Aumento del tipo del impuesto de sociedades: El tipo del impuesto de sociedades pasará del 20% al 25%.
Eliminación de ciertas deducciones y créditos fiscales: Se eliminarán determinadas deducciones y créditos fiscales, como los relativos a los intereses hipotecarios.
Reducción del gasto público: Para compensar las pérdidas de ingresos derivadas de las subidas de los impuestos sobre la renta y de sociedades, el Gobierno ha anunciado planes para reducir el gasto público en 5.000 millones de euros. Esto incluye recortes en programas de bienestar social, sanidad, educación, defensa
3. Ampliación del impuesto sobre las plusvalías:
El impuesto sobre las plusvalías se ha ampliado para incluir los beneficios obtenidos de la venta de activos como acciones y bonos, que antes estaban exentos de tributación.
El impuesto sobre las plusvalías también se aplica a los beneficios derivados de la venta de bienes inmuebles, como una casa o una propiedad de inversión. El tipo impositivo de las plusvalías viene determinado por el periodo de tenencia del activo, que puede oscilar entre el 15 y el 20 por ciento para la mayoría de los activos. El importe de la ganancia imponible se reduce si se cumplen determinadas condiciones, como que el activo se haya mantenido durante más de un año.
Además de ampliar los impuestos sobre las plusvalías, algunos estados han implantado sus propios impuestos adicionales sobre las plusvalías. Por ejemplo, California grava con un impuesto adicional del 3,3% las plusvalías netas superiores a un millón de dólares anuales.
4. Aumento del impuesto de sociedades:
En el Impuesto sobre Sociedades, se aprueba un nuevo tipo de gravamen reducido del 23% para las entidades que facturen menos de un millón de euros y cumplan ciertos requisitos. Además, determinados vehículos energéticamente eficientes podrán amortizarse el doble de rápido.
El impuesto de sociedades ha subido del 25% al 28%, lo que significa que las empresas deben pagar más impuestos sobre sus beneficios que antes.
Aumento del IRPF: El IRPF ha subido del 39,6% al 43,4%, lo que significa que los particulares deben pagar más impuestos sobre sus ingresos que antes.
Reducción del tipo del impuesto sobre las plusvalías: El tipo del impuesto sobre las plusvalías se ha reducido del 20% al 15%, lo que significa que ahora los inversores tributarán menos por sus beneficios procedentes de inversiones como acciones y bonos.
Eliminación del impuesto sobre el patrimonio: El impuesto de sucesiones, que gravaba en un 40% el patrimonio heredado, se ha eliminado por completo, lo que significa que las familias pueden ahora transmitir una mayor parte de su patrimonio sin que esté sujeto a tributación.
5. Introducción de un impuesto sobre el patrimonio:
Se ha introducido un nuevo impuesto sobre el patrimonio que se aplicará a quienes tengan un patrimonio neto superior a 500.000 euros. Con ello se pretende reducir la desigualdad y crear un sistema fiscal más justo en España.
El impuesto sobre el patrimonio se gravará en función del patrimonio neto de las personas físicas, no de sus ingresos. Se incluirán en el cálculo todos los activos imponibles, incluidas propiedades, inversiones financieras y joyas. El tipo impositivo es progresivo y comienza en el 0,2% para quienes tengan un patrimonio neto de entre 500.000 y 1 millón de euros, aumentando hasta el 2,5% para quienes tengan un patrimonio neto superior a 10 millones de euros. También existen exenciones para determinadas categorías, como los pensionistas o las personas con discapacidad.
Nuestros profesionales le asesorarán sobre los presupuestos generales y los cambios fiscales aplicables a partir de 2023.